|                            
                        
       | 
          
                                                        
       SÍNDROME DE 
   HURLER  | 
         
                           
                        
       
      Fig. 8.17. Síndrome de Hurler. Adelgazamiento 
   progresivo de las   falanges terminales.15  
      Fig. 8.18. Síndrome de Hurler. Aspecto 
   facial típico.1  
       Fig. 8.19. Síndrome de Hurler.15  | 
                                      
                       
       El síndrome de Hurler (mucopolisacaridosis 
   1H) es el más grave de las   mucopolisacaridosis. Dado que los mucopolisacáridos
   son componentes   importantes de la sustancia intercelular del tejido
conjuntivo,    las   alteraciones óseas son características.
Las deformidades    óseas que se   observan en las radiografías
se denominan disostosis   múltiple (Fig. 8.17).   También puede
estar afectado el SNC.   Se sospecha de la presencia de este   trastorno
en funcion a las manifestaciones   clínicas y radiológicas,
y el   diagnóstico se confirma   mediante la identificación
de un aumento de la   excreción   urinaria de mucopolisacáridos
y un déficit de la enzima específica.1 La frecuencia de mucopolisacaridosis 1H es aproximadamente  1 por 100,000 nacimientos. El defecto   básico en
la enfermedad de Hunter es un déficit de alfa-L-Iduronidasa, que da
  lugar a la acumulación de dermatán y heparán sulfato 
   en los tejidos y a su   excreción por la orina.15 Están afectados casi todos los tejidos 
   del organismo, con una amplia   aparición de células vacuoladas. 
   Estas células contienen lisosomas repletos   de mucopolisacáridos. 
   En el cerebro se produce también un depósito de lípidos
      junto con la acumulación de mucopolisacáridos.1 Los niños con un síndrome de Hurler 
   tienen un aspecto normal al nacer   y durante el primer 
   años de vida tan solo se   aprecian leves retrasos del desarrollo. 
   Sin embargo, a la exploración física   se detecta hepatosplecnomegalia, 
   una cifosis excesiva, una secreción nasal   persistente y una respiración 
   ruidosa. Las características faciales se van   haciendo más 
   toscas a partir del primer años de  
vida.   La cabeza es grande y dolicocefálica, con un abombamiento frontal
 y   suturas sagital y metópica prominentes. El puente de la nariz
está deprimido;   la nariz es ancha y plana (Fig. 8.18)..15 Los labios son mayores, la boca usualmente se 
   encuentra abierta con   una lengua protusiva. Los dientes están 
algo   separados con frecuente   maloclusión. Debido a la macroglosia 
presentan   una distancia horizontal   maxilar mayor. En la mitad de los pacientes
la   erupción está retrasada y el   hueso presenta áreas
 de destrucción. Los pacientes pueden presentar   hiperplasia gingival
  debida a la pobre higiene y a la respiración bucal (Fig.   8.19).15 El retraso mental es manifiesto. El deterioro 
   clínico progresa   rápidamente a partir del segundo o tercer 
   año de vida. Estos niños quedan   inmovilizados, con una 
creciente   rigidez y contractura de las articulaciones;   generalmente fallecen 
antes   de los 10 años de edad como consecuencia de una   pneumonia 
y una  falla cardiaca.15  |