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INFECCIÓN
POR VIH Y SIDA |
![]() Fig. 1.6. Gingivoestomatitis herpética
en paciente infectado por VIH.14 ![]() Fig. 1.7. Leucoplasia pilosa en un borde lateral
de lengua en un niño de 9 años de edad infectado por
VIH.14 ![]() Fig. 1.8. Leucoplasia pilosa en borde lateral
de lengua en un niño hemofílico de 17 años de
edad infectado por VIH.14 ![]() Fig. 1.9. Cándida aguda pseudomembranosa
en paladar en un paciente infectado por VIH.14 ![]() Fig. 1.10. Candidiasis seudomembranosa crónica
en lengua en un paciente infectado por VIH.14 ![]() Fig. 1.11. Eritema gingival lineal en un paciente
infectado con VIH.14
Fig. 1.13. Sarcoma de Kaposi en la pierna en
un niño hemofílico de 17 años de edad con SIDA.14
Fig. 1.14. Úlcera atípica de la
encía en un paciente con infección por VIH.14
Fig. 1.15. Úlcera de gran tamaño
en la encía debido a Pseudomonas aerugeniosa en un paciente
infectado por VIH.14
Fig. 1.16. Infección herpética
recurrente, úlceras múltiples en paladar duro y encía.14
Fig. 1.18. Herpes labial en la comisura.14 |
El síndrome de inmunodeficiencia humana
(SIDA) pediátrico se debe al virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH) de tipo 1 (VIH-1) que infecta predominantemente a los linfocitos
T CD4+; la disminución de estos linfocitos CD4+ es la que determina
el estado de inmunodeficiencia. La mayor parte de los niños
con infección por el VIH-1 son diagnosticados entre los 2 meses
y los 3 años de edad. La transmisión del virus suele hacerse
por contacto con células infectadas de la sangre o de los líquidos
orgánicos.1 En los últimos 15 años, el VIH-1
ha infectado a mas de 1 millón de personas en Estados Unidos,
entre ellos a 20 000 niños. Actualmente, la infección
por este virus es un problema mundial que tiene efectos especialmente
devastadores en África y Asia.1 En la infancia, los tres grupos de población
con mayor riesgo son los lactantes nacidos de madres infectadas, los
pacientes a los que se administraron hemoderivados contaminados por
el VIH-1 antes de 1985 y los adolescentes que adquieren la infección
por contacto sexual o por consumo de drogas por vía intravenosa.1 La infección por el VIH-1 es la quinta
causa de muerte de los niños menores de 15 años de edad.
El SIDA pediátrico es la primera causa de muerte en los niños
de 2 a 5 años de edad en muchas ciudades de Estados Unidos. La
primera causa de SIDA pediátrico es la transmisión perinatal
del VIH-1. Los lactantes infectados no pueden ser identificados clínicamente
mientras no presentan una enfermedad grave o hasta que los problemas
crónicos, como la diarrea o la candidiasis bucal, hagan pensar
en una inmunodeficiencia subyacente. Los signos clínicos iniciales
pueden ser leves y consistir en diarrea prolongada (1 mes o más),
candidiasis oral crónica, adenopatías, hepatomegalia,
esplenomegalia o reducción de la velocidad del crecimiento, o
pueden consistir en hepatoesplenomegalia y adenopatías. Los niños
mayores pueden tener proteinuria y hematuria asociadas a síndrome
nefrótico o a nefritis, o signos de insuficiencia cardiaca.1 Los adolescentes adquieren el VIH-1 a través
de los contactos sexuales no protegidos y del consumo de drogas por
vía intravenosa. La infección por el VIH-1 adquirida durante
la adolescencia suele dar lugar al SIDA en la persona de 20 a 30 años.
Existen 65 000 pacientes con SIDA en este grupo de edad y el número
de adolescentes con SIDA se ha duplicado en los últimos 5 años.1 El VIH-1 necesita la replicación activa
del DNA celular para integrarse al linfocito. Las infecciones intercurrentes
que estimulan los linfocitos T o B, como las producidas por Pneumocystit
carinii, el paludismo o el sarampión, inducen un rápido
aumento de la carga viral. En el estadio de gravedad siguiente, los
enfermos con infección por VIH-1 presentan graves infecciones
bacterianas potencialmente mortales, como neumonías o septicemias
por microorganismos del tipo de Streptococcus pneumoniae o Salmonella.
Las presentaciones clínicas agudas causadas por microorganismos
virulentos en los pacientes infectados por el VIH-1 con recuentos bajos
de linfocitos CD4+ reciben el nombre de infecciones oportunistas. De ellas
la mas frecuente y letal es la neumonía por P. carinii.
Como infección primaria en los lactantes, su mortalidad supera
el 70%. Una segunda infección oportunista definitoria del SIDA
y relativamente frecuente es la esofagitis por Cándida albican,
que se manifiesta con anorexia o disfagia complicada con pérdida
de peso. En todo el mundo, los patógenos oportunistas principales
de los pacientes con SIDA son M. tuberculosis y el paludismo.
Las neoplasias son relativamente raras en los pacientes pediátricos
infectados.1 La administración de ziduvudina a las
mujeres embarazadas infectadas por el VIH-1 reduce de forma espectacular
la transmisión del virus a los hijos. El uso de este fármaco
(100 mg. por vía oral 5 veces al día) en la gestante
a partir de la 14ª semana de gestación y hasta el momento
del parto, y durante 6 semanas en el neonato (180 mg/m2 por vía
oral cada 6 horas), ha logrado reducir la transmisión desde el
26% del grupo tratado con placebo hasta el 8% del tratado con ziduvudina,
diferencia enormemente significativa.1 Los aspectos fundamentales actuales a considerar
en la infección pediátrica por el VIH-1 son la mejoría
en el tratamiento de los niños infectados y la necesidad de
agentes o combinaciones farmacológicas antirretrovirales quimioterapéuticos
más eficaces. Un asegundo aspecto consiste en la puesta en práctica
de medidas que eviten la transmisión parenteral, para lo que
serían precisas la detección sistémica materna y
la profilaxis con ziduvudina. La prevención de la infección
en los adolescentes es un objetivo a largo plazo. La infección
de VIH-1 durante la adolescencia es el reto más importante relacionado
con el VIH en pediatría.1 Las manifestaciones bucales
de los pacientes con infección por VIH o SIDA son consecuencia
de infecciones secundarias u oportunistas que comúnmente no se
presentarían en un niño sano. Las más frecuentes
son herpes simple, leucoplasia pilosa, candidiasis, eritema gingival
lineal, sarcoma de Kaposi, y agrandamiento de las glándulas salivales. Herpes simple. Es una infección
viral relativamente común en pacientes infectados con el virus
de la inmunodeficiencia humana (VIH). Es producida generalmente por el
virus herpes simple tipo 1 (VHS-1) y pocas veces el virus herpes simple
tipo 2 (VHS-2). Se localización en encía, labios, paladar,
lengua y piel peribucal. Las características clínicas
son parecidas a aquellos pacientes no infectados con VIH, sin embargo
las recurrencias son más frecuentes y la duración de las
lesiones es mayor, siendo la enfermedad más severa (Fig. 1.6).14 Leucoplasia Pilosa. Es una
de las características más comunes de la infección por
VIH. Es causada por el virus Epstein-Barr (VEB). Se localiza en el borde
lateral de la lengua y a menudo es bilateral, en menor grado se puede diseminar
sobre el dorso o la cara ventral de la lengua. Se observan lesiones
blancas, asintomáticas, a menudo elevadas y no se pueden remover;
son suaves y planas. La superficie de las lesiones típicamente
es corrugada con orientación vertical (Fig. 1.7, 1.8). Las lesiones
se pueden sobre infectar con Cándida albicans. Las lesiones
no son precancerosas.14 Candidiasis. Es una de las
infecciones oportunistas más comunes en pacientes infectados por VIH.
Es producida por Cándida albicans. Es la lesión más
inmediata en niños infectados por VIH. Se localiza en mucosa bucal,
paladar blando, lengua, comisuras y labios.14 En los paciente infectados
por YIH se han descrito 4 formas de candidiasis: pseudomembranosa, eritematosa,
queilitis angular e hiperplásica. También se observa la
forma mucocutánea. La forma pseudomembranosa es la más
común en niños infectados por VIH y la menos frecuente
es la eritematosa. Se presenta como placas blancas de aspecto cremoso
o manchas en una mucosa enrojecida o en una mucosa normal. Las lesiones
se pueden remover por raspado, dejando una superficie roja (Fig. 1.9,
1.10). También puede haber xerostomía y sensación de
quemadura.14 Eritema Gingival Lineal. Es la única manifestación
gingival de pacientes infectados por VIH. Es producida por la microflora
de la placa bacteriana. Las especies de cándida juegan
un papel importante. Se localiza en el trayecto de la encía marginal.
Se presenta como una banda de 2 a 4 mm. Se puede presentar inflamación
de la papila interdentaria (Fig. 1.11). Sangrado espontáneo
de las encías con el cepillado dentario y hay una respuesta pobre
a las medidas de control de placa bacteriana. La lesión se puede
sobreinfectar con Cándida albicans.14 Sarcoma de Kaposi. Es un proceso
neoplásico probablemente de origen endotelial. Es el tumor más
comúnmente asociado con el Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirida (SIDA). Se presume que es causado por el virus Herpes tipo
8. se presenta en piel (cabeza, cuello, tronco y brazos), mucosa bucal
(común en paladar y encía, menos común en labios
y lengua), ganglios linfáticos y vísceras.14 Las lesiones de la piel son
generalmente oscuras y de gran tamaño. Las lesiones en la cavidad
bucal pueden presentarse asintomáticas, múltiples o solitarias
de color rojizo, marrón – rojizas o como máculas o parches
azulados. En etapas tardías de la enfermedad, las lesiones se
vuelven elevadas, a menudo lobuladas, lucradas y blandas (Fig. 1.12,
1.13).14 ![]() ![]() Fig. 1.12. Sarcoma de Kaposi en paladar blando
y úvula en un paciente con SIDA.14 Agrandamiento de glándulas
salivales. Es una manifestación común en niños infectados
por VIH, principalmente es afectada la glándula parótida.
La prevalecia varía de 10 a 20%. El agrandamiento unilateral
o bilateral de las parótidas ocurre en etapas tardías de
la enfermedad. El agrandamiento a veces es transitorio y usualmente recurrente.
Es indoloro y pocas veces está asociado con xerostomía.
Su etiología es desconocida, se ha sugerido que la infección
por citomegalovirus puede ser la responsable.14 Otras lesiones. Como el número
de niños infectados por VIH ha aumentado dramáticamente
durante las últimas décadas, la prevalencia y el espectro
de las manifestaciones bucales ha aumentado
también. El espectro de las lesiones de la cavidad bucal de los
niños infectados por VIH difiere de los adultos. Es necesario
poner más atención al SIDA pediátrico con el fin
de llevar registros de todas las lesiones bucales por el significado
que puedan tener en el diagnóstico y el pronóstico de la
infección por VIH.14 Se han registrado lesiones
como úlceras atípicas, queilitis exfoliativa, lengua pilosa,
lesiones displásicas de los dientes, ulceraciones debido a infecciones
bacterianas raras en la cavidad bucal (por ejemplo Pseudomonas aeruginosa)
(Fig. 1.14, 1.15), dedos en forma de palillos de tambor.14 Infección Herpética
Secundaria o Recurrente. Es producto de la reactivación del
virus en individuos preinfectados por VHS-1. Los factores predisponentes
(fiebre, trauma, angustia, radiación ultravioleta, inmunosupresión,
infección por virus de inmunodeficiencia humana, leucemias)
pueden precipitar la reactivación del virus.14 Es rara en niños inmunocompetentes y
común en niños que tienen el sistema inmunológico
comprometido. Se localiza en labios, paladar duro y encía adherida.
14 Por inmunidad adquirida durante la infección
primaria, las molestias en la cavidad bucal son de grado medio (sensación
de ardor o quemadura, dolor de mediana intensidad), y los síntomas
que caracterizan a la enfermedad están ausentes.14 Las lesiones de la mucosa bucal consisten en
un número discreto de pequeñas vesículas dispuestas
en forma de racimo. Las vesículas se rompen a las 24 horas,
dejando úlceras pequeñas de 1-3 mm que cicatrizan espontáneamente
en 6 a 10 días (Fig. 1.16). Las lesiones labiales (herpes labial)
se caracterizan por estar cubiertas de una costra de color marrón
(Fig. 1.17). En los niños inmunocomprometidos, las lesiones son
usualmente mucho más grandes y persisten por largo tiempo.14 ![]() Fig. 1.17. Infección
herpética recurrente. Lesiones severas y persistentes
en labio inferior en un niño inmunocomprometido.14 |