VIRUS DEL HERPES SIMPLE

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fig. 1.2. Tomografía computarizada del cráneo de un neonato con infección herpética congénita. Se observan calcificaciones periventriculares (flechas).1

 

El virus del herpes simple (VHS) de tipo 1 produce vesículas febriles o herpes labial; el VHS de tipo 2 es la principal causa del herpes genital. El VHS de tipo 1 puede también provocar una infección genital por contacto sexual bucogenital. Tanto las primoinfecciones como las reactivaciones de la infección por VHS durante la gestación pueden dar lugar a infección fetal, pero es más habitual que la enfermedad neonatal se adquiera cuando el feto atraviesa el canal del parto.1

Si la mujer embarazada sufre una primoinfección, el riesgo de infección natal por VHS es de un 44%; en caso de recurrencia, el riesgo es solo de un 3%. El VHS-2 es el agente responsable de más del 75% de todas las infecciones neonatales, aunque únicamente existen lesiones genitales en el momento del parto en el 10% de los casos y sólo se obtienen datos de antecedentes de infección dravídica genital por VHS en una minoría de las mujeres que dan a luz a niños infectados.1

En el periodo posnatal, la infección por VHS puede adquirirse por contacto estrecho entre el recién nacido y un adulto con herpes labial activo (VHS-1).1

La infección intrauterina por VHS es rara (5%), pero puede causar premadurez y muerte. Las principales zonas afectadas son la piel, los ojos y el SNC. La afección cutánea es muy común y consiste en erupciones vesiculares; lesiones cicatriciales en cuero cabelludo, tronco o extremidades; y vesículas alrededor de las cicatrices, que presumiblemente son signos de reactivación. Las anomalías del SNC son igualmente infrecuentes y se componen de microcefalia, a menudo acompañada de atrofia del cerebro o encefalomalacia quística, afección de la médula espinal, coriorrenitis, calcificaciones paraventriculares y microftalmia (Fig. 1.2). También se han descrito calcificaciones en los pulmones y en las glándulas suprarrenales. Es probable que la enfermedad fetal se adquiera por una viremia transitoria materna en la que se afecte la placenta.1

Alrededor del 90% de los casos de herpes neonatal se contraen mediante contaminación por secreciones infecciosas en el canal del parto. Las vesículas de la piel suelen aparecer de 2 a 12 días después del nacimiento; sin embargo, en cerca de un 20% de los casos de herpes neonatal no se presentan lesiones cutáneas por lo que el diagnóstico no se sospecha. Es muy raro que los recién nacidos nazcan con lesiones herpéticas como consecuencia de infección transplacentaria. En cerca de un 30% de los casos de herpes neonatal, la infección queda localizada en la piel o en los ojos. En un 30% se produce encefalitis aislada y un 40% cursa con afección del hígado, glándulas suprarrenales, pulmones y otros órganos.1

 

Dentro de las manifestaciones clínicas se encuentran la erupción vesicular de la piel, queratoconjuntivitis, hepatosplenomegalia, coriorretinitis, convulsiones y hemorragias producidas por coagulación inrtavascular diseminada. Antes de disponer de tratamiento antivírico, dos tercios de los recién nacidos con encefalitis localizada morían y cerca de la mitad de los que sobrevivían quedaban con secuelas neurológicas.1